martes, 10 de mayo de 2005

¿Por qué se llevan la cafeína?

Prendan las cámaras, voy a declarar porque tengo algo que decir: ¡CAFEINA, CAFEINA! (Sorry brother, pero se me hacía la frase más apropiada para el momento).

Sí, no quiero que me limiten. ¿Por qué se llevan la cafeína? ¡Quiero ca-fe-i-na? (¿está bien deletreado?). En las maquinas de la chamba no sirven café con cafeína... ¿por qué creen que se llama cafeína? ¡Porque es parte del café! O quizá sea al revés... pero no importa, sólo reafirma mi punto. La cafeína nos activa y depierta, no como el té de calcetín que ponen en las maquinas de la chamba. O sea, ni siquiera sabe bueno y para terminar de amolarla, sin cafeína, pues ¿cómo?

Me podría tomar 5 de esos en una mañana y no va a pasar nada, sólo que voy a ir como 5 o más veces el baño - lo cual puede ser molesto también.

Ok, ok... también debo de aceptarlo, mi tolerancia a la cafeína, glucosa, fructuosa, taurina, ginseng, vitaminas, minerales, complementos, etc, etc, etc... es grande y grave. Un café me puede hacer gastritis y colitis antes de despertarme o quitarme el sueño (sí, sé que suena a lo mismo, pero el primero ocurre en la mañana y el segundo en la noche), hasta me puede poner ansioso (todos: alerta si me ven ansioso).

Necesito de la influencia relajante que da la cafeína. Sí, ese placentero orgasmo que baja desde mi cerebrito y veo como se abre el panorama. Y mi cuerpo se relaja... oh sí, se relaja; ¡qué placer! Tanto (bueno, no es comparable, pero sí) como el placer que sientes al ir al baño después de haberte aguantado 2 horas (¿no me creen? tengo pruebas refrigeradas, si no), que todos en cierto momento hemos pasado por ahí.

Y digan lo que digan, no es mala, ¡no lo es! Es como todo, no todos podemos consumir todo. Pues a quién le haga daño que no la consuma, los hipertensos, los nerviosos, los ansiosos, los débiles de estómago, etc, etc. Pero el resto de nosotros la necesitamos, sí, la necesitamos. Y sí, soy adicto a la cafeína.



Bueno, como podrán darse cuenta, no tengo nada que hacer en la chamba y, sí, estoy muy aburrido; digo, para haber escrito dos blogs en un día, cada uno sin la menor profundidad. Y el café no ayuda.

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